Reducir, reutilizar y reciclar significa reducir el trabajo de extracción, transporte y elaboración de nuevas materias primas, lo que conlleva una disminución importante del uso de la energía necesaria para llevar a cabo estos procesos.
La gestión de nuestros residuos implica prevenir y poner en práctica las tres R (reutilización, reducción y reciclaje) que son imprescindibles para aliviar la presión sobre los recursos naturales, disminuir las emisiones de CO2 y ayudar a proteger el clima.
El Dato:
Se calcula que en argentina se producen 1 kg de residuos por día y por habitante.
Los Residuos Sólidos Urbanos son uno de los principales problemas ambientales del planeta. Debido al aumento de la población mundial y a la adquisición de nuevos hábitos de consumo, la cantidad de basura se ha duplicado en los últimos 30 años.
¡A no confundirse! Los residuos son materiales que no pueden ser usados para cumplir la función que tenían al ser creados. Sin embargo, tienen la capacidad de ser reutilizados o convertirse en materia prima para un nuevo producto.
En cambio, la basura, son aquellos desechos que no pueden reusarse de ninguna forma luego de que cumplieron con su función y deben ser destinados a disposición final.
Recomendaciones:
- Separa los residuos orgánicos de los inorgánicos. Una buena separación de los residuos facilita los procesos posteriores de reciclaje y/o compostaje.
- Siempre deben estar limpios y secos.
- ¡Ten cuidado con los residuos patológicos, las agujas, tijeras y objetos cortantes! Piensa que hay una persona del “otro lado” valorando el residuo que generas.
- Utiliza los sistemas de recogida selectiva para los residuos orgánicos e inorgánicos si ya existen en tu ciudad. Busca información sobre las posibilidades que existen en el municipio.
- En el caso de que todavía no esté implementado el sistema para los orgánicos se puede elaborar compost doméstico siempre que el establecimiento tenga unas características determinadas (Ver categoría 5 – Compostera).
Comunicarlo:
Involucra a empleados y clientes para que hagan una gestión adecuada de los residuos.
Trasmite el mensaje involucrándolos, haciéndoles saber que el residuo no deja de existir cuando uno lo desecha, sino que hay personas que trabajaran con él, ya sea en una planta de tratamiento de residuos (en la cinta de separación) o en el peor de los casos en un basural a cielo abierto de manera informal.
El residuo que no se genera o el que se reutiliza o se recicla reduce las emisiones de carbono y ayuda a mitigar el cambio climático.